Quemaduras
Quemaduras
Quemaduras
Yo me situaba en el Depósito de Cadáveres, junto con el agente James Black (antiguo compañero mío en la Academia del FBI). Nuestros jefes nos habían informado de dirigirnos directamente al Depósito de Cadáveres para que nos diesen información sobre la autopsia de unos cuerpos. El Dr forense Eduard Malkom se acercó hacia nosotros para intentar ayudarnos:
-Hola. ¿En qué puedo ayudarles? (parecía un hombre dispuesto a atender todo tipo de ayudas relacionadas con su profesión).
Su cara cambió radicalmente cuando mi antiguo compañero y yo le mostremos nuestra identificación de FBI...
-Oh...¿FBI? (el hombre intentaba disimular su nerviosismo)
-Exacto. Somos del FBI. (Afirmó mi antiguo compañero que sonreía al pobre hombre, que no se esperaba nuestra presencia).
-Bueno...ustedes dirán... ¿A qué se debe el motivo de vuestra visita?
-Queremos que nos informe sobre la autopsia de unos cadáveres que se supone que han sido hallados en un hotel... (informé rápidamente al Dr Eduard Malkom).
-Justo con lo que yo estoy averiguando actualmente. Síganme y les acompañaré a la sala de autopsias. (El hombre hizo un gesto con el dedo pulgar, indicando una puerta, al final, que supuestamente sería la sala de autopsias).
Nos dirigimos y una vez dentro de la sala, él mostró los dos cadáveres encontrados en el hotel: eran dos hombres de edad madura, se mostraban mayoritariamente calzinados...
-¿Qué ha descubierto al realizar las autopsias? (pregunté intrigado al forense).
-Esta es una de las autopsias más inverosímiles en dónde yo he trabajado. Los dos cadáveres muestran quemaduras mayoritariamente muy graves. No han sido rociados con ningún tipo de producto, ya sea químico u otro. He averiguado que cuando realizaba la autopsia, he observado que saltaban chispas eléctricas que recorrían el cuerpo de los cadáveres...
-¿Cómo? (me extrañé yo).
-Es difícil creer, pero es cierto. Creo que la muerte de estas personas se debe a la exposición de una fuente eléctrica que ha provocado tan inverosímiles y exageradas quemaduras.
En ese momento mis ojos llamaron la atención y observé una chispa eléctrica que recorría el cuerpo del primer cadáver fugazmente. El forense decidió proteger el cadáver tapándolo con una sábana blanca, y en cuestión de un segundo observé que el forense iba a hacer contacto con la chispa eléctrica que recorría el cuerpo del cadáver. Intenté evitar el contacto, empujándolo hacia atrás pero se oyó el grito agudo de dolor que emitió el forense. Había contactado con la chispa eléctrica que le propinó una pequeña descarga eléctrica en su brazo derecho.
-¿Se encuentra bien? (le dije preocupado por el pánico).
-Si. No ha sido nada. Solo he notado un poco de repelús cuando la chispa me recorría por el brazo derecho. No se preocupen.
Yo observé que en su mano derecha se veía una pequeña quemadura
producida por la chispa eléctrica.
-Observe su mano... (Dije en tono preocupado)
El hombre miró su mano derecha y ignoró la quemadura.
-¿Qué pasa en mi mano?
-Tiene una quemadura producida...
-¡Déjese de bobadas! Esta quemadura es inferior y mínima a la que se ha producido en los cadáveres... (Dijo en tono sonriente hacia mí).
-No se confíe. Le recomiendo que vaya al médico y que deje la investigación de las autopsias de estos dos cadáveres. Créame, esa quemadura aunque sea mínima y sencilla, puede ser mortal.
-¿Cómo se atreve a privarme de seguir con las investigaciones de autopsias?
-No le estoy privando, le estoy aconsejando... (le dije a él por su bien).
Yo y mi antiguo compañero decidimos abandonar el Depósito de Cadáveres para no alterar al pobre Dr forense Eduard Malkom.
Lamentablemente y sorprendentemente, al dia siguiente, acabó como los dos cadáveres... Extraño.
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